Cuando tenga invitados en su casa no les organice los días, las excursiones, su tiempo, etc. Puede proponer hacer alguna determinada actividad, pero no es correcto imponer su agenda de actividades a sus invitados. Otra cosa, es tener unas costumbres y horarios determinados, acordes al funcionamiento habitual de su casa que deberían ser respetados. Se puede hacerles algún tipo de sugerencia, pero siempre debe contar con su opinión y no optar por la imposición.
En el tema de las comidas, también es correcto tratar de agradar a los invitados, y en la medida de lo posible, no repetir los menús. Si sabe que alguno de sus invitados tiene una determinada preferencia o, por el contrario, algo que aborrece, puede tratar de complacerle, siempre que no le descuadre ni sus planes ni su presupuesto. Los anfitriones con una vida social intensa, suelen contar con un fichero llamado de comidas, en los que suelen anotar, en fichas, la información básica de sus almuerzos y cenas, la fecha, el motivo, los invitados, el menú servido ... así como anotaciones especiales sobre características particulares de alguno de sus invitados: no le gusta el pescado, es alérgico al marisco, etc. Pero eso, solo lo suelen hacer personas con una intensa vida social, no es lo más común.
Por mucha confianza que tenga con sus invitados procure tener la casa bien preparada para recibirlos: limpia, ordenada, bien ventilada, etc. En algunas ocasiones podemos tener ciertos ambientes u olores que nosotros no detectamos, como las casas donde hay animales, por ejemplo, que suelen tener un cierto olor al animal en cuestión, o por tener algún tipo de planta determinado, etc. La luz debe ser adecuada y, durante el día, aproveche la luz natural, es mucho mejor.
Si tiene niños pequeños solo deben saludar a los invitados pero no deberían estar en el almuerzo o la cena de los mayores, salvo que sus invitados también acudan con niños. No deje a sus invitados a solas con los niños. No les deje esa responsabilidad y compromiso en sus manos, salvo en casos excepcionales.
Si tiene animales domésticos, también debe tenerlos en una estancia aparte, y no dejar que molesten a los invitados, por muy bien educados que usted crea que están.
Tampoco debe dejar que sus invitados abran la puerta, contesten el teléfono o cualquier otra actividad que debería hacer usted o cualquier otro miembro de su familia o servicio.
Los abrigos y otras pertenencias deben ser recogidos a la puerta, al llegar los invitados. Y mejor si dispone un habitación o espacio para depositarlos de una forma ordenada, sobre todo sin son muchos los invitados.
Si tiene la casa bien arreglada, puede ofrecer a sus invitados un pequeño recorrido por ella para conocerla. Y enseñarles, principalmente las dependencias de uso común que puedan necesitar, como puede ser el baño (donde se habrá preocupado que no falte de nada, toallas, papel, toallitas, etc.).
No debe dejar para última hora su arreglo personal, tanto físico como de vestuario. Es de malos anfitriones dejar a los invitados solos mientras usted se arregla. Si recibe con su pareja, al menos uno de los dos debe atender a los invitados. Lo mejor es que ambos atiendan a sus invitados.
Tampoco debe hacer esperar al resto de los invitados puntuales por algún invitado impuntual. Puede esperar unos minutos de cortesía no más de treinta. Si no llegan, empiece con total normalidad. Es bueno organizar un pequeño aperitivo previo para que los invitados se vayan conociendo, y para esperar a los más rezagados.
de Protocolo.org