miércoles, 26 de agosto de 2009

MITOS URBANOS 3






23 Jul 2009 Por matiasferri # Enlace permanente



Jorge Luis Borges impulsó la construcción de un nuevo edificio para la Biblioteca NAcional que dirigió entre 1955 y 1973. En 1960 se le destinaron tres hectáreas delimitadas por Av. Libertador, Agüero, Av. Las Heras y Austria. Ese año, los arquitectos Clorindo Testa, Alicia D. Cazzanica y Francisco Bullrich ganaron el concurso de anteproyectos.
Luego, la construcción de la Biblioteca Nacional se convirtió en el proyecto sin fin. Recién en 1971 se comenzó la obra y fue terminada en 1992. El ex presidente Carlos Menem la inauguró. Un año duró el traslado del material bibliográfico desde la vieja sede de México al nuevo edificio.
La "nueva" Biblioteca Nacional se hunde en tres enormes depósitos subterráneos (que albergan libros y demás documentos) y se levanta sobre cuatro grandes apoyos que sostienen un cuerpo sobreelevado, destinado a salas de lectura. Por sus rincones, dicen algunos, camina el fantasma de Eva Duarte. El mito se explica porque en el predio de la Biblioteca Nacional estuvo antes la residencia presidencial. Juan Domingo Perón y su esposa Eva, fueron sus primeros habitantes. Allí, el 26 de julio de 1952, Evita murió.






Nuestro Mito de "La Dama de Blanco" (RECOLETA)



Rufinita Cambaceres, era una joven aristócrata hija de Eugenio Cambaceres un escritor de la década del 1800 y Luisa Baccini, al morir su padre de Tuberculosis, su madre paso a ser la “favorita” de Hipólito Yrigoyen (nuestro único Presidente soltero).Para ese entonces Rufina ya había cumplido catorce años, era muy agraciada y cantidad de mozos rondaban la antigua casona de Montes de Oca, sin obtener no obstante sus favores. Ella sabía a quién amaba, con ese silencio que la caracterizaba.Corría el año 1902, algunos hablan de 1903…, pero fue el día 31 de mayo en que Rufina cumplía sus diecinueve años, y Luisa había dispuesto una importante celebración para terminar luego la noche en el Teatro Colón disfrutando de una función lírica. Tales eran los planes. Sin embargo, el destino movió los hilos en un sentido diferente.Según cuentan, ese día del cumpleaños diecinueve de Rufina, recibió de labios de su amiga íntima una revelación que desencadenaría los hechos subsiguientes. Pues que el mismísimo novio de la niña mantenía relaciones con su bella madre, que eran amantes. El impacto que le produjo esta confidencia ocasionó a Rufina tal lacerante dolor, que su corazón literalmente se destrozó y le provocó la muerte en el acto.
Uno de los médicos presentes diagnosticó un síncope. Tres médicos certificaron que Rufina había muerto.Hipólito Yrigoyen se cuidó de acompañar a Luisa e inhumar sus restos en la Recoleta.Sin embargo, esta funesta historia no había acabado aún; el espanto recién comenzaba.
Un par de días más tarde, el cuidador de la bóveda de los Cambaceres debió comunicar a Luisa que descubrió abierto y con la tapa quebrada el féretro de Rufina. El cajón se había movido; y cuando lo abrieron, encontraron a la joven con el rostro y las manos arañados y amoratados.Se cuenta que Rufina habría sido víctima de un ataque de catalepsia y despertó en la oscuridad del sepulcro para rendirse y volver a morir después de una desconsolada y estéril pelea.Oficialmente se manifestó que se había tratado de un hurto, dado que la niña había sido enterrada con sus joyas más lucidas; no obstante, a Luisa le tocó vivir el resto de su vida remordida por el conocimiento y certidumbre de que su hija había padecido un ataque de catalepsia por lo que fue sepultada viva.
Se dice que la joven Rufina, vaga entre las bóvedas por las noches, llorando por amor con su corazón destrozado…

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